Todo escenario complejo es un proceso tenso de formación de un colectivo; saturado de resoluciones parciales y virtualidades por la relación inestable de planos o agencias heterogéneas. El conocimiento que pueda producir cualquier experiencia de este proceso excede todo esquema jerárquico, cada conocimiento puede “generar un diagrama o metáfora que puede ser testeado experimentalmente” en otros escenarios. A la práctica de esta traducibilidad, que es lo contrario de una organización jerárquica, la llamamos “tectónica”.
Al seguir los procesos paraformales, aquellos en los que, dentro de una multiplicidad que resuena de alguna manera en conjunto, la forma no ha sido estabilizada aún, nos arriesgamos o consignamos a alterarlos. Todos somos parte de esos procesos de formación en curso con múltiples futuros posibles, esta potencialidad depende de la conservación y transformación simultánea de lo múltiple; los llamamos “escenarios complejos”. Son procesos concretos, escenarios locales o situados, pero con reverberaciones regionales y globales, con límites difusos y cambiantes. Todo proceso paraformal es un escenario complejo, todo escenario complejo puede traducirse en esquemas que dan claves de “traducción y experimentación que pueden ser testeados” en otros escenarios. A este excedente operativo esquematizable, es decir transportable, lo llamamos “tectónica”, contiene en sí tanto la cifra “tejer” como la de “obrero”.
“Tectónica de escenarios complejos” es un campo de operaciones de pasaje entre situaciones de formación de colectivos; ya sean emergencias o espacios públicos al estilo de Dewey (lugares de formación de lo nuevo con implicaciones comunes a un grupo humano, hoy humano-no humano, donde lo institucionalizado, y por tanto estabilizado y des-saturado, falto de tensiones y potenciales, no tiene capacidad de acción global) conflictos o controversias (Latour), o bien situaciones más sutiles e invisibles previas a la formación de algo, al “hacer sistema” de algo/s,
La formación y/o surgencia de un colectivo es lo que llamamo escenario, escenario complejo, y debe ser entendido como un proceso, en un punto de equilibrio inestable entre el caos y el orden, es decir una dinámica indeterminable, en la que potencialidades diversas y también opuestas pueden o no dar lugar a un colectivo. ,Entendiendo colectivo a su vez como una dimensión un tanto mas estable, mas amesetada de ese mismo proceso de génesis colectivo que no debe ser entendido en principio como un grupo humano sino a un proceso de mediación complejo humano-no humano.
Un proceso es un conjunto de operaciones mutuamente relacionadas que afectan el estado inicial de ese conjunto. En general nos referimos a procesos colectivos, es decir, donde hay una interacción de actores o campos heterogéneos, heterogeneidad que implica diferenciales de potencia; hablamos de procesos en tanto la potencialidad del sistema que forman los actores presenta evoluciones o futuros alternativos a la situación inicial del sistema o escenario que forman esos actores, es decir no podemos estar seguros de cuál es el futuro del sistema. Es por eso que planteamos la posibilidad de una reflexión, que tienda a incluir a la mayor parte de los actores involucrados sobre el estado actual del escenario, sobre el estado actual del escenario y sobre sus futuros posibles. A este tipo de reflexión “dentro” de un proceso la llamamos “tectónica” porque permite, al igual que cuando trazamos un plano, visualizar esos caminos alternativos e influenciar o combinarlos.
